Son muchas las zarzuelas cuya acción se desarrolla íntegramente en Madrid, mostrándonos diversos ambientes propios de la villa o haciendo mención a usos y costumbres madrileños de nuestro tiempo o de otras épocas. Este es el caso de El barberillo de Lavapiés, una zarzuela de tres actos cuyo libreto fue escrito por Luis Mariano de Larra, hijo del famoso escritor Mariano José de Larra, y cuya música es obra de Francisco Asenjo Barbieri. Su estreno en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1874 obtuvo mucho éxito. Todavía hoy se representa habitualmente.

¿Quién no ha deseado alguna vez tener una bola de cristal para echar un vistazo a lo que ocurría en un determinado sitio en el pasado? Pues resulta que en Madrid hemos encontrado algo parecido. Nuestro más insigne príncipe de las letras, Cervantes, español universal, a quien tantas efigies y monumentos conmemoran en todo el mundo, guardaba un tesoro bajo los pies de la estatua que le representa en la plaza de las Cortes.

Si hay una canción que mayoritariamente es aceptada como la más popular para hablar de Madrid, esa es Pongamos que hablo de Madrid. Curiosamente, hay mucha gente que piensa que la escribió Antonio Flores. Pero no, es de Sabina y nació hace casi cuarenta años, con lo que ha obtenido la solera de las grandes obras que resisten el paso del tiempo.

La Carroza Negra es un coche de caballos que mide dos metros y medio de alto y data del siglo XVII; aparece catalogada con el número 9 en la relación de carruajes de las Reales Caballerizas. Dada su antigüedad y su perfecto estado, es una joya artística localizada en el Palacio Real de Madrid bajo el amparo de Patrimonio Nacional. 

Madrileños ilustres ha habido muchos, pero tan prolíficos y renombrados como Lope de Vega, muy pocos. El célebre literato, figura destacada del Siglo de Oro de español, dedicó uno de los miles de sonetos que compuso a su ciudad natal, bien es verdad que la ocasión no era la más propicia para destacar las mejores cualidades de la villa.

Corría el año 1777; el rey Carlos III gobernaba en España y, lo que es más importante, residía en Madrid. Había decidido modernizar la capital de su reino, su ciudad, de la que acabó siendo «el mejor alcalde». La fuente de Neptuno nació con uno de sus grandes proyectos.

Si tuviéramos que elegir un símbolo que identifica a Madrid, uno de los que más papeletas tendría para ganar sería la fuente de Cibeles. La imagen de la diosa grecolatina montada en su carro tirado por leones nos lleva a Madrid casi sin quererlo. La hermosa fuente monumental, rodeada de magníficos palacios, está situada en un lugar estratégico de la ciudad en la plaza del mismo nombre.

El Olimpo de los dioses permite la presencia de sus representantes divinos en aquellos sitios de la Tierra en donde son recordados. Madrid no ha perdido nunca esta conexión con los panteones griego y romano, siempre presentes en la capital de España, y son varios los dioses que viven en la ciudad.

Si hay un género musical español por excelencia, ese es la zarzuela. Y si hay una ciudad que ha sido retratada como ninguna en la zarzuela, esa es Madrid. Y aquí tenemos un botón de muestra: La Gran Vía, una obra dedicada a una calle que todavía no existía (eso es previsión), con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde y con un libreto de Felipe Pérez González.

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