En el año 200 a. C. fue construido en suelo egipcio un pequeño templo. Nada hacía presagiar que estas piedras, ahora dos veces milenarias, iban a terminar colocadas a miles de kilómetros de distancia, concretamente en una capital europea, Madrid, la villa española situada en el corazón del mapa. Su aspecto actual es el de unas respetables ruinas, como muchos edificios de la misma antigüedad. Es nuestro templo de Debod.

Contemplar en imágenes el templo de Debod en su emplazamiento original es como ver una foto antigua en blanco y negro de nuestros abuelos. Se les reconoce, pero el ambiente en el que están situados es diferente.

Este edificio tiene una historia singular, como muchos de los que tuvieron que ser desplazados piedra a piedra desde su ubicación original con motivo de la construcción de la presa de Asuán, que obligó a su traslado para evitar que fueran tragados por las nuevas aguas.

Egipto, que tanto veneró el Nilo fecundo, al que agradecía a diario su poder vivificante, pues gracias a sus crecidas el país era próspero en medio del desierto y sus habitantes vivían en un vergel, cambió de mentalidad en dos siglos más que todo lo que había cambiado en 4000 años de floreciente civilización.

En aras de la modernidad y para atender las nuevas necesidades de la población, se proyectó una presa que evitara el tener que depender de las crecidas y retiradas del río más largo de África y controlar así las consecuencias en las cosechas si las crecidas eran irregulares.

No fue un proyecto del siglo XX, porque ya, en 1899, el Imperio británico comenzó a construir una presa, que se terminó tres años después. Sin embargo, pronto se vio en la práctica que era insuficiente y, hasta en dos ocasiones, hubo que aumentar su altura en la primera mitad del siglo XX. Por fin, en 1946, la presa estuvo a punto de desbordarse y se tomó la decisión de crear otra mayor a 8 km de distancia de la primera.

Un gravísimo problema se interponía en la plasmación de la obra: algunas de las joyas más valiosas de la civilización egipcia más antigua corrían el peligro de ser destruidas y perdidas para siempre bajo las aguas. Eran los templos de Nubia y, en especial, el de Abu Symbel. La humanidad, no solo el país egipcio, se arriesgaba a sufrir una pérdida cultural irreparable.

La UNESCO patrocinó en 1960 una operación de rescate de gran magnitud, en la que participaron varios países, y consistió en trasladar los monumentos amenazados a otros lugares más seguros. No sabemos si los antiguos egipcios que los levantaron hubieran estado de acuerdo, porque ellos consideraban que sus lugares sagrados estaban construidos con piedra viva, extraída con rituales y conocimientos que garantizaban esta vitalidad, y situados en lugares que nunca se escogían al azar; el hecho de trocearlos y recomponerlos en otro sitio probablemente les parecería tan efectivo como trocear un cuerpo humano vivo y ensamblarlo después esperando que siguiera viviendo. Lo cierto es que veinticuatro monumentos fueron cambiados de sitio en la segunda mitad del siglo XX.

Algunos de ellos fueron donados a los países que colaboraron en esta misión de rescate. Entre ellos, el templo que hoy se encuentra en Madrid.

El templo de Debod se llama así porque se encontraba situado en Debod, una localidad ubicada a orillas del Nilo junto a la primera catarata, en la Baja Nubia. El emperador Augusto estableció la frontera definitiva en esta región en el siglo I a. C. Hoy Debod yace sumergida bajo las aguas del Nilo.

Fue construido en tiempos del faraón Ptolomeo IV Filopátor y estaba orientado de este a oeste, posición que se intentó mantener cuando se instaló en Madrid. Comenzó su construcción el rey nubio Adijalamani, que aparece en los relieves que decoran la capilla dedicada a Amón e Isis. Más tarde, otros reyes de la dinastía ptolemaica ampliaron el recinto, siendo terminado en época del Imperio romano. En el siglo VI fue abandonado tras el decreto de Justiniano que cerraba los pocos templos paganos que todavía funcionaban en el Imperio bizantino durante la cristianización de Nubia.

En 1813, el explorador suizo Burckhardt inspeccionó y detalló la zona en la que se encontraba el templo por orden de Napoleón, y el mismo Champollion hizo una breve descripción del lugar.

Desde 1907, cuando ya estaba construida la primera presa de Asuán, este templo era cubierto por las aguas durante nueve meses al año. Esto provocó daños en algunos relieves y la pérdida de la policromía, además del desgaste de la piedra arenisca. Había que sumar los desperfectos que en 1868 había provocado un terremoto.

En 1961, el templo fue desarmado por un grupo arqueológico polaco y se depositaron sus piedras en la isla Elefantina, donde permanecieron nueve años; desde allí se llevaron al puerto de Alejandría y, luego, a España. Fue inaugurado en 1972.

Un equipo de arqueólogos españoles, bajo la dirección de Martín Almagro, volvió a erigir el monumento con muchas dificultades, pues solo tenían un plano y un croquis del alzado junto con algunas fotos sin demasiadas referencias. Algunos bloques estaban sin numerar y había fragmentos que no encajaban.

Lo que vemos actualmente es una reconstrucción, en la que hay bloques originales del templo y algunas partes reconstruidas, que se diferencian por el color de la piedra. En el corredor sur se conserva un interesante reloj solar en un muro que en su origen fue exterior, aunque hoy no lo es.

Algunos de los bloques de los que se duda sobre su colocación real fueron depositados en la terraza formando un grupo de sillares de gran interés.

Cabe decir que nuestro mundo moderno, desacralizado y materialista, no ha tratado el monumento como un templo, sino que ha servido para muy distintos fines, siendo escenario de obras de teatro, anuncios publicitarios y videoclips musicales. En 2008 fue declarado Bien de Interés Cultural.

Tal vez, conociendo su historia, podamos acercarnos a sus piedras con respeto con la esperanza de escuchar los viejos ecos de su sagrado origen.


E. M.

IMAGEN
Oliver Gargan [CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a6/Templo_de_Debod_in_Madrid.jpg

https://www.flickr.com/photos/jiuguangw / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)

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