Algo tendrá el cocido cuando le cantan tanto. Y no me refiero en esta ocasión al Cocidito madrileño de Pepe Blanco, sino a otro más antiguo que estaba un poco más deslavazao. Este lo cantaba una cupletista nacida en 1894, Blanquita Suárez, muy popular en los años 20 como cantante cómica. El documento sonoro, grabado en 1924, lo podemos encontrar en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional.

Blanquita Suárez, que inició su carrera de cantante de teatro siendo muy joven, fue muy conocida por el público madrileño. Aunque nació en San Sebastián, fue en la capital donde se dio a conocer, como cualquier artista que soñaba con triunfar. Picasso la utilizó como modelo en varios dibujos, y además de sus actuaciones teatrales, participó en varias películas. Falleció a los ochenta y nueve años en 1983.

Su cuplé El cocido madrileño, del que también figura como autora junto a José Font, Raffles y José Soriano, dice así:

Cantado:
Acaban de dar las doce / y va a salir mi marido / y estoy temblando que vea /cómo le traigo el cocido.

Tanto que le gusta el (...) /no sé lo que va a pasar, / pero sí al fin ha llegao / lo que tiene que llegar. / Lo que tiene que llegar. / ¡Que-lle-gar!

Hablado:
En vez de caldo, le traigo agua con pimentón.

La primera semana de casaos, le echaba su punta de jamón y hasta su patatita. Pero luego, hubo que suprimirlo.

El otro día me dice mi marido: “A este cocido no le veo la punta”. Como que se ha quedao en la carnicería. “¿Y la patata, pero ¿y la patata?”. Aquí la llevo en este fantasía, a ver si te has creído tú que yo voy a echar joyas al puchero, cuando ayer le he visto a una marquesa un collar de patatas a la inglesa.

Cantado:
Está visto, por desgracia, / que no queda más que un sueño / de lo que ha sido en el mundo / el cocido madrileño.

Con el agua de la (...), hierbabuena y una (...), / hacía yo antes un cocido / que los dedos se chupaba / Envidia daba a la gente / ver el cocido español / tan sano y tan amarillo como los rayos del sol. / Como los rayos del sol. / Sol-sol-sol.

Hablado:
Pero se está quedando en . El otro día, al ver la carne, me dice mi marido: “Pero chica, ¿esto es caldo? Pa mí que no es caldo”. Y tenía razón. Aquello era un pedazo de chaqueta. Bueno, pues hoy he tenío que meter un papelito en el puchero que dice: “Vale por el tocino”, hay que ver. Hay que ver, hay que ver, las cosas que cavila a veces la mujer.

Cantado:
Está visto, por desgracia, / que no queda más que un sueño / de lo que ha sido en el mundo / el cocido madrileño.

Mi marido tiene hambre, / cada vez más apetito, / y como come tan poco, / se está quedando hecho un pito. / Pero el pobre sin quejarse, / en su estado de salud, / antes de cada comida se me toma dos vermús. / Se me toma dos vermús. / Dos-ver-mús.

Hablado:
Bueno, pues que me ha pedío unas cosas que ni que fuera yo... Ay mi madre, ya está ahí, y se le viene abriendo la boca. Huy, la que se va a armar cuando vea el caldo encarnao y luego no encuentre el chorizo. Porque lo hemos comprao entre siete vecinas y ha estao un rato en puchero, y de tanto cocer se le ha roto la tripa. Y lo peor es que hemos visto que dentro no tenía más que pedacitos de franela encarná. Ah, y por supuesto que cuando yo vaya mañana a la carnicería, al que le rompo la tripa es al carnicero porque toavía me decía: “Llévelo usté señora, que es de Candelario”. Y pa mí que era de calendario y había que arrancarle tós los días una hoja.

Cantado:
Está visto por desgracia / que no queda más que un sueño / de lo que ha sido en el mundo / el cocido madrileño.

BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA. BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. El cocido madrileño. Cuplé-monólogo:
http://bdh.bne.es/bnesearch/PlayList.do?field=listaMusical&text=%22Cupl%C3%A9s%22&showYearItems=&exact=&textH=&advanced=&completeText=&pageNumber=250&pageSize=1&language=es CARA B

E.M.

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