Si hay una canción que mayoritariamente es aceptada como la más popular para hablar de Madrid, esa es Pongamos que hablo de Madrid. Curiosamente, hay mucha gente que piensa que la escribió Antonio Flores. Pero no, es de Sabina y nació hace casi cuarenta años, con lo que ha obtenido la solera de las grandes obras que resisten el paso del tiempo.
Madrid, bulliciosa y cosmopolita, siempre ha sido foco de atracción de personas y actividades. Dentro de España, Madrid fue desde siempre la llave para dirigirse hacia una nueva vida, bien porque posibilitaba acceder a ocupaciones que no permitirían la subsistencia en el lugar de origen o, simplemente, porque había más donde elegir. Pero, como todo lo que engloba multitud de posibilidades, también tiene sus luces y sus sombras.
Madrid, señorial y cercana, populosa y singular, es fuente de inspiración para artistas, sean músicos o pintores, y por eso, el recorrido de Madrid como protagonista de canciones populares es inmenso. Haciendo una breve parada en el tiempo actual, si preguntamos entre un público diverso con qué título se quedarían, vence por goleada el tema que pone título a este artículo: Pongamos que hablo de Madrid.
Para muchos, esta canción va unida a la figura del cantante Antonio Flores, el compositor de No dudaría. Sin embargo, no es fruto de su inspiración, aunque su gran mérito fue hacer una versión que la llevó a ser una de las melodías más escuchadas por toda clase de públicos. La canción fue versionada muchas veces por otros músicos.
Los verdaderos autores fueron Joaquín Sabina para la letra y Antonio Sánchez para la música, este último, guitarrista en el grupo del cantante y componente del conjunto humorístico Académica Palanca.
En 1980, hace ya casi cuarenta años, Pongamos que hablo de Madrid apareció en el disco de Sabina Malas compañías, y allí se escucharon por primera vez los versos urbanos y mundanales que describen el sustrato madrileño y su ritmo cotidiano.
Aunque vuelve a sonar un año más tarde en su disco La mandrágora, que se grabó en directo con otros artistas, fue en 1981, con la versión más roquera de Antonio Flores, en su disco Al caer el sol, cuando este tema se lanzó al estrellato con altísimas cotas de popularidad.
La canción, que dura poco más de cuatro minutos, retrata el aspecto sórdido de quien da brazadas para mantenerse en la superficie, haciendo incursiones en el ambiente que subyace en una gran ciudad, por debajo de las estampas señoriales y luminosas de la vida acomodada o de las que percibe el visitante que llega por primera vez.
Joaquín Sabina, que describió Madrid como una ciudad «invivible pero insustituible», tuvo sus más y sus menos con la capital, como se refleja en la última estrofa de la canción. En sus primeras apariciones públicas, decía: «Cuando la muerte venga a visitarme, que me lleven al sur, donde nací; aquí no queda sitio para nadie, pongamos que hablo de Madrid».
Pero luego, en 1986, en el disco En directo, se ve que Sabina sufrió una transformación en su relación con la ciudad y la letra terminó diciendo: «Cuando la muerte venga a visitarme, no me despiertes, déjame dormir; aquí he vivido, aquí quiero quedarme, pongamos que hablo de Madrid».
Esta es la letra completa:
Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.
Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte pasa en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida, un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.
Cuando la muerte venga a visitarme,
no me despiertes, déjame dormir;
aquí he vivido, aquí quiero quedarme,
pongamos que hablo de Madrid.
Hoy en día, todavía sigue siendo un clásico que suena en muchos rincones de la capital como su banda sonora no oficial. El de la villa que todos queremos, pongamos que hablo de Madrid.
E. M.
Asqueladd / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)