Y dale con el cocido... ¿Es que los madrileños no comen otra cosa? Pues claro que sí, pero desde siglos atrás, cuando la gente necesitaba alimentarse bien para trabajos que requerían desgaste físico, el cocido podía llegar a todas las mesas, siendo a la vez una exquisitez. ¡Y cómo nos gusta cantarles a los platos que comemos! Será que despiertan nuestra vena poética. Ahí no hay nada que alegar ante canciones como Cocidito madrileño, populares hasta decir basta, pues se cantó el cocidito en toda España y durante mucho tiempo.

De esta maravilla culinaria, reconocida en todo el mundo como uno de los platos más representativos de la cocina española tradicional, nos han quedado muchas huellas artísticas. No en vano fue el plato primordial de las clases populares y un plato estrella cuando comenzó a haber restaurantes.

En lo que se refiere a la música, una de las canciones más populares que ha inmortalizado el típico plato madrileño y que podemos escuchar en directo gracias a las posibilidades tecnológicas, es Cocidito madrileño, que aunque fue interpretada por varios cantantes, se dio a conocer a través de Pepe Blanco en los años 50 y, luego, de Manolo Escobar.

De sus autores, qué vamos a decir... Hay tríos famosos: los tres mosqueteros, las tres gracias, los tres Reyes Magos... pero ninguno ha inmortalizado tantas canciones como el trío formado por Quintero, León y Quiroga. Y es que estos tres compositores, Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga, andaluces los tres y los tres afincados en Madrid hasta su fallecimiento, conformaron un trío que es responsable de la autoría de una inmensa cantidad de tonadillas y coplas. Durante años, hasta la década de los sesenta del pasado siglo, sus melodías cosecharon un éxito sin discusión en todos los escenarios de España y se grabaron miles y miles de copias de discos con sus obras, por lo que constituyen el trío musical español más famoso de todos los tiempos. Más de 5000 canciones avalan su trabajo.

Dice el Cocidito madrileño:

No me hable usté
de los banquetes que hubo en Roma,
ni del menú del hotel Plaza en Nueva York,
ni del faisán, ni los fuagrases de paloma,
ni me hable usté de la langosta Thermidor.
Porque es que a mí, sin discusión, me quita el sueño,
y es mi alimento y mi placer,
la gracia y sal que al cocidito madrileño
le echa el amor de una mujer.

Estribillo:

Cocidito madrileño
repicando en la buhardilla,
que me huele a hierbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana,
pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño,
porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.
Dígame usté dónde hay un cuadro con más gracia
con el color que da la luz el mes de abril,
cuando son dos y están debajo de una tapia
y entre los dos, un cocidito de albañil.
Cuando el querer de una mujer
le dice al dueño de su hermosura y su pasión:
toma, mi bien, tu cocidito madrileño
que dentro va mi corazón.
Estribillo

Pepe Blanco, el cantante del cocidito, nació en Logroño, pero también fue uno de los talentos acogido por Madrid. Después de ser carretero, se hizo popular cantando en los años posteriores a la guerra civil, recibiendo el apodo de Marchenita en sus inicios. Más tarde, forjó su carrera con nombre propio y nos deja para el recuerdo la canción que hoy traemos aquí.

Madrid, siempre acogedora y cosmopolita, cuna de artistas, científicos y... del cocido.

E. M.

IMÁGENES
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Tnarik / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)